¿EL INGENIERO O EL GUERRILLERO?

El país se define, nuevamente, entre un político pintoresco con ideas difusas sobre temas fundamentales con un tufillo a izquierda moderada, y un delincuente de la peor ralea, con un largo y variado prontuario. Dueño de una retórica odiosa y emocionante, protegido por un halo de impunidad grotesca, rodeado y patrocinado por lo más execrable de la vida nacional y con un único mérito que consiste en ser capaz de exacerbar el odio de clases y el resentimiento propio de una sociedad atrasada, ignorante y precaria. 

Arden las redes sociales, el petrismo, hace unos días autodenominado 'el partido del cambio por la vida y de la política del amor', anda escupiendo veneno y sevicia contra todo y contra todos, aun después de haber ganado las elecciones en la Primera Vuelta Presidencial (con algo más de 8.5 millones de sufragios). La razón, es que el exalcalde de Bucaramanga, el ingeniero Rodolfo Hernández, candidato monotemático y ajeno (no inmune) a evidentes alianzas burocráticas, se quedó (contra todo pronóstico) con el segundo lugar de la contienda y se enfrentará a Gustavo Petro en la elección definitiva.

Pero ¿por qué los de la Colombia inhumana no están celebrando? ¿Por qué están tratando de ignorantes, malditos, asesinos y paracos a los que no sufragaron en favor de Petro? ¿Por qué los que se apropiaron de la política de la "decencia", están deseando meter a todos los colombianos en un recinto y detonar una bomba atómica? (como lo dice esta jovial amiga)...

Es claro que los idólatras de Petro solo ven en blanco y negro (y rojo), y aunque para ellos no haya una diferencia clara entre los numerosos partidos e ideologías, lo cierto es que esa deleznable prédica política fue capaz de unirnos a todos bajo una causa común... No entregarle el país a la dictadura del narcosocialismo del siglo XXI (en otras palabras: antipetrismo). Así lo anterior signifique votar por Rodolfo Hernández, un candidato que dista muchísimo de lo que muchos queremos para Colombia. 

Hoy concluyo que nuestra patria está jodida desde hace rato. Bien puede ser desde que un agresivo cáncer llamado Juan Manuel Santos se infiltró en la política nacional o desde que ese mismo y nefasto mal abrió la caja de Pandora y todos los males que liberó hicieron metástasis. O el día que perdimos la batalla cultural con el globalismo zurdo. No sé cuándo fue, lo cierto es que sobre Colombia se ciernen tiempos duros y oscuros; la única certeza que nos queda es la decisión más fácil que alguna vez en la vida tomaremos... ¿El Ingeniero o el guerrillero? 

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PACTO, CON EL DIABLO

Mi abuela (qepd) decía con mucha frecuencia: "No tiene el Diablo la culpa, sino el que le hace la fiesta". Hablar de quién es el Diablo actual y de todas las cosas que lo convirtieron en un demonio para nuestra patria, es inútil.

Ya hemos concluido, en este mismo espacio, que algunos (muchos) sufren de amnesia selectiva y solo recuerdan algunos sucesos de forma que le convenga a sus intereses e ideologías. Por ejemplo, el nefasto capítulo de los falsos positivos. 

Está bien que hasta que no se sepa la verdad y se castigue a los responsables, exista una fuerte sanción social, PERO (así en mayúsculas) "sacar del baile" al principal responsable de ese acto tan execrable (Juan Manuel Santos Calderón - Ministro de Defensa de la época) me parece tan o igual de miserable y rastrero que el crimen en sí. Además da cuenta de ese criterio selectivo e hipócrita inherente al colombiano promedio. No puede ser que quien apuñaló el corazón de la institucionalidad, arrodilló la democracia colombiana y dio la orden de asesinar a esos muchachos para obtener los espaldarazos, que luego lo convertirían en "el de Uribe"; hoy esté tranquilo y moviendo sus hilos electorales desde Key West, Florida.

Pero en fin, "no tiene el Diablo la culpa, sino...".

Ahora hablemos sobre los demonios que estamos enfrentando actualmente y que nos tienen con la camándula y el pasaporte en la mano. Me refiero, obviamente, a los ángeles caídos (del zarzo) que hacen parte del Pacto Histórico, y por supuesto, de Mammon, Gustavo Petro.

> Mienten sobre las pensiones y los porcentajes de comisión de los fondos privados, para expropiar el ahorro...Le hacen la fiesta

> Advierten que ya quemaron a un candidato y que van por el otro...Le hacen la fiesta

> Asegura que va a eliminar a Ecopetrol y todo tipo de iniciativa de extractivismo legal. Agrega que va a "desembalsar" a Hidroituango y nos devolverá a la Era de Piedra... Le hacen la fiesta

> Envía a su hermano a hacer acuerdos con narcos y corruptos... Le hacen la fiesta.

> Su vice se la pasa diciendo barbaridades como que los huevos son importados de Alemania; la yuca, de Holanda y la papa, de Bélgica... Le hacen la fiesta.

> Incitan el paro armado y el paro nacional en el que queman vehículos y asesinan colombianos... Le hacen la fiesta.

> "Chuzan" la campaña de su más inmediato contrincante... Le hacen la fiesta 

> Se asocia con los más corruptos de la política colombiana... Le hacen la fiesta.

> Hace acuerdos a escondidas con militares responsables de Falsos Positivos... Le hacen la fiesta.

> Convoca a paramilitares con la promesa de indultos y perdones sociales... Le hacen la fiesta.

> Equipara las industrias del carbón y del petróleo, con la del tráfico de cocaína, que tanto ha desangrado a Colombia... ¿Y le hacen la fiesta?

Como siempre, aquí me podría quedar enumerando las cuantiosas "diabluras" de quien nos va a hundir en el averno de la miseria y el hambre (en el que ya están otras naciones que se dejaron seducir con la pobre idea del cambio utópico), pero prefiero llamar a la reflexión a quienes le hacen la fiesta a este Diablo. 

Renunciar a hacer una crítica juiciosa de lo que promete y dice, es ser cómplice de las consecuencias que vengan en el futuro. No valdrán quejas ni remilgos. 

Chile, Argentina, Perú, los venezolanos en los semáforos, los cubanos exiliados y todos los que están viendo y vieron esta película, nos advierten sobre la oscura realidad que Colombia viviría... 

No querer escucharlos, es innegablemente HACERLE LA FIESTA AL DIABLO.

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EL MAL CAMBIO

¡No entiendo! De verdad que no entiendo de qué se trata ese delirio colectivo que genera el tal cambio que tanto promete y repite de forma frenética Gustavo Petro.

Colombia, por estos días, luce más convulsa que de costumbre. La razón es la tediosa temporada de campañas presidenciales (las más sucias de la historia, dicen), las cuales nos acercan angustiosamente a saber si el país, de una vez por todas dará el timonazo hacia la izquierda socialista y al abismo de la zozobra o sacará la cabeza y tomará una bocanada de aire que le aguante cuatro años más de república, de democracia y de libertades fundamentales.

Lo curioso del asunto es que en otras circunstancias, la decisión sería fácil de tomar y no debería suponer ninguna dificultad elegir entre la sensatez y la locura. Sin embargo, y contra todo asomo de lógica, el candidato que encarna el salto al vacío y el fin irreversible de la democracia, va liderando las encuestas y se perfila como Presidente de los colombianos.

Lo que es peor de todo es que aunque Gustavo Petro es un demagogo de miedo y tiene una retórica que parece un canto de sirena para los fascinerosos, también es un candidato ingenuo y tonto.

Cuando goza de mayor aceptación sale con cifras mentirosas y datos apócrifos, que son fácilmente desmentidos. Cuando el apoyo mayoritario se percibe a su favor, se avienta a hacer pactos subterfugios con narcos y corruptos, que luego son visibilizados por los medios vigilantes. Cuando mejor va, peor procede.

Con todo ello y justo cuando uno cree que su popularidad se va a ver afectada, inexplicablemente se fortalece. Cuando todo apunta a su caída, su imagen de forma enigmática se alza sobre los otros candidatos.

Este fenómeno me intrigó, me conminó a observarlo y a estudiarlo. Cité fuentes, salí al campo, formulé hipótesis y cuando sentí que me acercaba a la explicación me encontré con una puerta impenetrable: la palabra “CAMBIO”.

Haga usted el deber de confrontar de la forma que quiera (con datos, hechos, estudios, ejemplos, ruegos, etc.) a cualquiera que “esté pensando” votar por Petro y le contestará con una variación gramátical de la palabrita: –tenemos que cambiar, –Petro es el cambio que necesitamos, –Es el momento del cambio. 

Lo anterior demuestra que el asunto no es el cambio per se que supone Petro como mandatario, pues la alteración del statuo quo es por obvias razones indiscutible. El problema es el tipo de cambio que surtirá la elección del guerrillero como Jefe de Estado de Colombia.

Cambiará la economía negativamente suspendiendo los contratos de exploración de Ecopetrol, emitiendo moneda de forma irrestricta, generando fuga de capitales al reasignar la política tributaria, democratizando (expropiando) los ahorros pensionales, democratizando (expropiando) los predios improductivos, aumentando de forma desaforada el gasto estatal, obligando a los empresarios a distribuir sus utilidades, etc.

Cambiará la sociedad negativamente debilitando y casi eliminando las instituciones de control, transformando a la policía y convirtiéndola en un cuerpo comunitario, indultando a los violentos y narcotraficantes, imponiendo ideologías de género y dictando una agenda globalista-revolucionaria, potenciando a Fecode, farc, disidencias, clanes, bacrim y primeras líneas; proporcionando las mismas gavelas legales que las farc tienen al eln, etc.

Cambiará la constitución negativamente moldeándola a su imagen dictatorial y a su esencia sociópata.

Sí, definitivamente Gustavo Petro es el cambio, el mal cambio que Colombia no necesita.

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EL SUICIDIO DE LA RAZÓN

¿Qué arda esta tierra? ¿Incendiamos la casa? ¿Giramos hacia el abismo? ¿saltamos al vacío?

Nadie, en sus cabales, podría decir que Colombia no tiene problemas, y que vamos "volando". ¡Nadie! Sin embargo esta visión posapocalíptica que la izquierda progresista nos vende a diario, no es más que la invitación tramposa a renunciar a la lógica, a omitir lo obvio, lo comprobable, lo fáctico. 

¿Que estamos peor que en Venezuela? Al momento de escribir este texto, googleo y me encuentro con esto:

- Pobreza en Venezuela: 94,5% / Pobreza en Colombia: 39%

- Desnutrición en Venezuela: 31,4% / Desnutrición en Colombia: 5.5%

- Desempleo en Venezuela: 58,3% / Desempleo en Colombia: 12,1%

- Homicidios por c/100mil hab. en Venezuela: 40,9% / en Colombia: 24,3%

- Inflación en Venezuela: 500% / Inflación en Colombia: 8,53%

- Crecimiento económico en Venezuela: –800% / Crecimiento económico en Colombia: 36%

Así podría seguir, simplemente consultando fuentes oficiales y desmintiendo todas las realidades alternas y fatalistas que Gustavo Petro y toda la recua de corruptos y violentos que lo sigue, repite de forma frenética. Del mismo modo podría, como ya lo he hecho en otros escritos en este mismo blog, tomar sus propuestas y demostrar lo inconvenientes (por no decir: desastrosas) que son para Colombia. 

Podría..., pero no sé si usted ya tomó la decisión de acabar con su patria y con su vida. Desconozco si usted ya está tan consumido por el odio y la intolerancia, que firmó la sentencia nacional de muerte que implica tener a Petro como Presidente. No sé si estas letras llegaron demasiado tarde y usted ya se entregó al fatídico suicidio de la razón.

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EL CIEGO QUE NO QUIERE VER

"No hay peor ciego que el que no quiere ver". Este viejo adagio describe que no hay persona más terca y obstinada que aquella que se niega a usar su sentido crítico, su capacidad de razonar y la habilidad de entender hechos, cifras y pruebas. Me refiero, claramente, a aquellos que van a votar por Petro, bajo la premisa de que el exguerrillero representa el cambio que el país necesita "porque no es más de lo mismo".

Con la inocente idea de activar su sentido crítico, voy a hacer unas preguntas que puede que confronten lo conveniente con lo deseado; y desafíen la realidad que el socialismo promete para convertir a Colombia en un paraíso.

1, ¿Entiende el concepto de dictadura, cuáles conoce?

2. ¿Colombia es una dictadura? 

3. ¿Cree que el efecto inflacionario pospandemia es un efecto únicamente colombiano?

4. ¿Cree usted que Petro está en sus cabales y no tiene rasgos de sociópata? 

5. ¿Conoce algún país del mundo en el que el modelo socialista (progresista) que Petro propone, haya funcionado? El mito de los países socialistas.

6. ¿Cree usted que un buen líder divide, enemista y promueve la lucha de clases?

7. ¿Por qué si Petro fue tan buen alcalde de Bogotá, la ciudad no reeligió sus banderas políticas con Maria Mercedes Maldonado y luego con Hollman Morris?

8. Si Petro no estuvo detrás del "estallido social" que dejó grandes saldos de inflación, destrucción y caos ¿por qué el mismo pacto conmemoró un año el pasado 28 de abril?

9. ¿Por qué cree que el eln, disidencias de farc, comunes, paramilitarismo, primera línea, y ahora, unos militares investigados por falsos positivos apoyan a Petro?

10. Si Petro realmente representa la lucha contra la corrupción, por qué se alió con Roy Barreras (Caprecom), Armando Benedetti (Enriquecimiento ilícito - Oderbrecht), Alfonso Prada (SENA), Ernesto Samper (Proceso 8.000), entre otros?

11. ¿Hay corrupción, violencia y genocidios buenos y malos, según la ideología de quien los comete?

12. ¿Cree que los grandes industriales y empresarios del país se van a quedar en Colombia si Gustavo Petro llega a la Presidencia?

13. Si Nicolás Maduro pudiera votar en Colombia, ¿por quién cree que lo haría?

14. ¿Se sentiría mejor protegido por colectivos integrados por exguerrilleros y miembros de la primera línea, que por la Policía Nacional y el Ejército Nacional?

15. ¿Se ha dado cuenta de que en el partido natural de Petro, El Polo Democrático, muchos miembros (en especial Carlos Gaviria q.e.p.d y Jorge Robledo) dicen que Gustavo es inconveniente para el país, por tratarse de una política revanchista, odiosa y corrupta? Petro dividió al Polo.

16. ¿Está dispuesto a repartir su ahorro pensional con los que nunca ahorraron ni cotizaron?

17. Si la propuesta de migrar las pensiones de todos los colombianos al fondo público es tan buena, ¿por qué Petro dice que lo hará de forma obligatoria?

18. ¿Cree usted que imprimir billetes no tiene un efecto negativo en la economía y que así se soluciona la pobreza?

19. ¿Cree usted que Petro va a entregar el poder en cuatro años, tal como lo ordena la constitución?

20. ¿Por qué si el sistema de salud que rige la Ley 100 es tan malo, Petro en sus 20 años como congresista no ha pasado un solo proyecto para cambiarlo y/o modificarlo?

21. Venezuela es hoy por hoy uno de los países más pobres del mundo ¿Por qué llegó a esa deshonrosa posición?

22. ¿Cree que realmente era un préstamo entre amigos, la situación del video en el que Petro recibe fajos de billetes del contratista Juan Carlos Montes?

23. Si usted tuviera una empresa o un negocio,  ¿repartiría las utilidades con las personas que contrata, aparte del sueldo que les debe pagar?

24. ¿Le parece normal que un candidato tenga que notariar un compromiso de no expropiación? (Aun cuando esta medida no tenga ningún efecto jurídico).

25. ¿Cree que Petro respetará los resultados de las elecciones si pierde?

Tengo muchas preguntas más, tal vez, eventualmente las haré. Aquí la duda no consiste en si Petro cambiará a Colombia, ¡créame que lo hará!, el problema consiste en que ese cambio será muy parecido al que sufrió Venezuela.

La inquietud que las respuestas deben despejar es "¿está usted peor que un ciego que no quiere ver"?

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