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miércoles, diciembre 11, 2013

RÉQUIEM POR UN PETRO



No, no es un sueño... Gustavo Francisco Petro Urrego, el otrora militante del grupo terrorista del M19, el otrora encarcelado por rebelión, tráfico de armas, secuestro y crímenes de lesa humanidad; el otrora Senador e integrante del Polo Democrático Alternativo (sí, el partido de Samuel Moreno), el otrora impulsor de la revocatoria del alcalde Jaime Castro; fue destituido del cargo que venía ocupando -no desempeñando- como Alcalde de Bogotá (situación que en un país con niveles escandalosos de impunidad, parece un sueño).






Haciendo uso de las facultades que la Constitución le da (irónicamente, la misma constitución que Petro ayudó a redactar en 1991 y cuyos artículos 277 y 278 aprobó) el Procurador Alejandro Ordóñez, terror de los políticos ineptos, deshonestos e incapaces (en sus dos períodos lleva más de 500 destituciones e inhabilidades); destituyó al controvertido tuitero del Palacio de Liévano por cinco irregularidades graves cometidas en la ciudad, con respecto al tema de la recolección de basuras -asunto que profundizaremos en otra entrada.



El anuncio fue intempestivo aun cuando esta medida se había advertido por el Procurador y aun cuando en contra de Petro se cocinaba un proceso de revocatoria del mandato, gestado por los ciudadanos que, como este servidor, no soportaban ver la principal ciudad de Colombia convertida en un muladar y en una efigie del atraso, la inseguridad y la corrupción.

"¡Extra, extra!" gritaban los medios de comunicación mientras recogían impresiones de todos los extremos políticos. Twitter se reventó y en cuestión de minutos la red social más afín al destituido alcalde se convirtió en un campo de batalla virtual. Hashtags, tendencias, insultos, follows y unfollows dictaban las armas de la cruenta lucha. Petro, de quien todo el mundo esperaba una declaración, la dio a los pocos minutos, en ella instaba a la calma y a la paz (actitud que poco tiempo le duró). Como es usual, los empleados públicos y del distrito, algunos coaccionados, dejaron el puesto botado y armados de carteles (que nadie sabe de dónde salieron y mucho menos quién los pagó) saltaron a las principales vías a gritar arengas en favor de su destituido jefe. El punto de encuentro fue, como siempre, la Plaza de Bolívar, cuya belleza histórica reposa sepultada por grafitis propagandísticos. Esa misma Plaza que recibió en 1985 el ataque sangriento y genocida de quien hoy exige, poseso de resentimiento, que se "respete la democracia". 


Ese mismo resentimiento cambió el tono de su primera declaración, Petro quien hacía unos minutos instaba a la calma, en un segundo discurso incendiario y cargado de odio, comparó su destitución con los asesinatos cometidos en las zonas rurales en la penosa época de 'la violencia' por grupos similares a los que él "orgullosamente" integró. Volvió a su discurso retórico de ricos contra pobres y de la ya manida orquestación de fuerzas de ultraderecha en su contra. Caldeó los ánimos y como es usual en esta parte del continente, la gente empezó a gritar improperios en contra del Procurador, del exPresidente Álvaro Uribe y en contra de todos los enemigos del pseudocaudillo progresista. Vale la pena aclarar que todo fue acuciosamente cubierto y transmitido por 'Petro TV', que fue en lo que se convirtió el canal de los bogotanos Canal Capital, díscolamente administrado por Hollman Morris, quien en otro tiempo fue calificado por varios analistas como 'El Periodista de las farc'. (Otra evidencia del detrimento patrimonial que caracterizó a esta administración).

Pues bien, las protestas llevan tres días y en ese tiempo se han destapado las cartas políticas de algunos funcionarios y medios de comunicación, que sin duda, dejan un manto de preocupación sobre la opinión pública. Más si se tiene en cuenta que Colombia, genuflexa y sometida a cual más, busca la "paz" en Cuba a cualquier precio. Solo por enumerar a algunos aparece en primer lugar el Fiscal Montealegre, anuente con un adefesio que llaman justicia transicional (que en idioma colombiano, otorga impunidad total a los miembros de grupos terroristas responsables de crímenes de lesa humanidad). El alopécico administrador de la ley, es el más visceral a la hora de objetar las facultades constitucionales que hoy tiene el Procurador. Tanto que prometió buscar mecanismos para reversar la destitución que sacó del cargo a Petro -de nadie más. Este humilde escritor piensa que si esa misma premura y diligencia la pusiera en función de procesos que reposan vetustos en la Fiscalía y yertos bajo el filo de la burocracia, Colombia sería un país justo, moderno y seguro (tal como promete falazmente el segundo personaje).  Sí, el Presidente de la República Juan Manuel Santos. Como ser político, también prometió revisar ese "articulito" de la Carta Magna que otorga "poderes especiales" al Procurador. Parece ser que cualquier ente que amenace el poder de las grandes maquinarias políticas que por años han azotado a este país, es una afrenta latente que debe ser erradicada por las vías del hecho o del deshecho. Lo curioso del asunto es que ninguno de estos 'Elefantes Blancos' se manifestó con tanto paroxismo cuando el destituido fue el controvertido exMinistro de Agricultura Andrés Felipe Arias (el del caso AIS). En tercer lugar aparece el exFiscal General de la Nación y hoy Ministro de "Justicia" Alfonso Gómez Méndez. Este súper ex (porque también es experiodista-periodista de La FM de RCN) estaba con Gustavo Petro en el momento en el que el Procurador leía la sentencia. Lo curioso es que por más entrenado que está en las lides del engaño y la falsa objetividad que la vida pública exige, no pudo evitar la mueca del malestar que le causó el fallo. Casi de inmediato se pronunció en contra de las facultades constitucionales del Procurador y mientras daba una palmada amistosa al Alcalde, dijo a título de Ministro que no estaba de acuerdo con esta decisión. Vuelvo y cuestiono, a pesar de ser él una persona pública por más de 20 años, jamás se le escuchó manifestarse en contra del ente que hoy le daba "muerte política" al nacido en Ciénaga de Oro, cuando sus actuaciones fueron en contra de alguien opuesto a su tendencia política.

Por ahora este proceso de destitución entra a un mundo de instancias judiciales antes de que se cristalice. Por eso querido lector desde estas letras le damos un consejo: si la decisión del Procurador Ordóñez es reversada y Gustavo Petro vuelve al cargo, compre tiquetes, venda sus pertenencias y emigre lejos, muy lejos (esa será la señal de que Colombia vendió el ápice de dignidad que le quedaba y de allí en adelante solo le queda enfrentar una debacle que terminará con un estado fallido, más corrupto y más sanguinolento del que actualmente tenemos. Violentos gobernando y millones de ciudadanos reducidos a vidas miserables y pusilánimes). Ya de por sí, aquí la política es conveniente, corrupta y disgregable. La gente sufre de una amnesia selectiva y disfruta de una memoria conveniente, repetimos nuestros errores y por ello estamos condenados a repetirlos secularmente, la justicia, acéfala por demás, camina andrajosa entre los cocteles de "sobachaquetas, lagartos y delfines".

Es hora de cerrar el círculo de la inoperancia en Bogotá y la forma de hacerlo es con este réquiem político en honor a Gustavo Petro, quien por fin demostró que tras 3 alcaldías de la izquierda, esa inexistente postura política, solo sirve para criticar y polemizar las decisiones y acciones de los que sí las toman. Bogotá puede ser el ejemplo de una ciudad que le da control a sus ciudadanos, que es capaz de hacer algo que aquí nunca se hace, silencio para ser escuchada.

Apoyemos al Procurador, es el único político que cumple con sus funciones y funge como rector de estos "servidores públicos" que solo se sirven a sí mismos. Apoyemos al Procurador porque trata de cambiar este lodazal jurídico y con cada destitución o inhabilidad nos recuerda que nadie, absolutamente nadie está por encima de la ley. Apoyemos al Procurador porque hoy sienta el más importante precedente político de la historia de Colombia -el que no trabaja, se va-. Apoyemos al Procurador, porque no es la ciudad de ricos ni de pobres, sino de los ciudadanos. No es la dignidad de las víctimas la que se está subastando en Cuba, es la honra de todos los que vivimos y viviremos aquí. Apoyemos al Procurador no por lo que piensa o cree, sino porque hace el trabajo para el cual fue elegido. Apoyemos al Procurador porque le dio una nueva oportunidad a Bogotá y evitó el naufragio de este 'Titanic' de 8 millones de personas (en el mar de Nicaragua, porque hasta eso perdimos).