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martes, junio 15, 2021

JUSTICIA VS JUSTICIA


En términos clásicos y puros: la justicia es el principio moral que lleva a dar a cada uno lo que le corresponde o pertenece. En un contexto más práctico: la justicia es dar a cada quien lo que produce. En un escenario más coloquial la justicia dice: si tú estudiaste más, trabajaste más y te esforzaste más; mereces más. Al tiempo que advierte: si mientras que el otro estaba produciendo, tú andabas de rumba, de paseo, fumando hierba o entregado a los placeres mundanos, la justicia obrará y cada uno recibirá lo que produjo.

Justicia es cosechar lo que fue sembrado.

A pesar de la obviedad de la idea, de lo fácil que resulta entender este concepto, los militantes de la izquierda y los fieles creyentes de las ideologías comunistas, que son tan "generosos" con el recurso ajeno, se inventaron un término tan sonoro como mentiroso: 'La justicia social'.

Cualquier caminante desprevenido pensaría que 'Justicia Social' se trata de extender el precepto de justicia a la sociedad. Pero no, ¡es todo lo contrario! Si la justicia te da, la justicia social te roba. Cuando la justicia dicta: recompensar, la justicia social escribe: sonsacar. Cuando la justicia reza: propiedad, la justicia social grita: exprópiese.

En un escenario más cotidiano: lo que estudiaste, trabajaste y produjiste, se debe repartir con quien estaba de partusa y juerga, con quien se quedó durmiendo pasando la cruda, mientras que tú trabajabas. 

En pocas palabras, la justicia social es todo lo contrario a la justicia,... ¡Y no funciona! No funciona porque al quitarle a quien produce para darle al que no, pasan dos cosas:

1. Quien produce se desmotiva. Piensa que no importa cuánto se esfuerce. A mayor producción, mayor porción de lo producido le va a sacar el estado (en forma de impuestos) para darle al que no produce nada (en forma de subsidios). Disminuirá su esfuerzo bajo el razonamiento: "¿y yo por qué sí y los otros no?". 

2. El que no produce nada, al ver que sin esfuerzo alguno recibe ingreso, no va a cambiar su estatus parasitario y dependiente. No se volverá productivo bajo la siguiente prédica: "¡Es poco, pero es gratis!".

En concreto los impuestos son un freno y los subsidios son un acelerador. 

Cuando gravan a una empresa, frena la creación de empresas. Cuando gravan de forma desaforada y porcentual los ingresos, estos frenan de forma sustancial. Cuando se grava sin control a la riqueza, esta simplemente se va. Por otra parte, cuando se subsidia al desempleado, la condición de cesante se vuelve atractiva y aumenta. Cuando los gobiernos premian la improductividad, esta se multiplica exponencialmente y se transforman gradualmente en estados incompetentes e improductivos.

En conclusión, si usted es de los que promueve la 'Justicia Social' (disfrazándola de empatía), empiece por repartir lo suyo, sus posesiones y el fruto de su trabajo. Estoy seguro de que luego de un par de esos gestos, la tal empatía no le va a parecer tan justa.

Como dijo el economista y politólogo argentino Javier Miléi: "Con el culo ajeno, todos somos putos".


El Pelirolo (ig) (fb) (tw)