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jueves, febrero 02, 2012

¿LE FALTAN IDEAS? MEJOR DICHO

Con el paso del tiempo muchas costumbres se han perdido. El respeto por los mayores, las cenas en familia, la solemnidad de los padres en el hogar, etc.

Entre todos esos extintos detalles hay uno que me rehúso a ver desaparecer: los dichos. Extraño cuando los adultos hablaban con dichos para dar lecciones. Desde hace un buen tiempo esas verdades de perogrullo, esos principios axiomáticos no hacen parte de la sabiduría popular que necesitamos con tanta frecuencia para aplicar a nuestra vida. Ya las "nuevas generaciones" somos explícitamente aburridos, austeramente metafóricos... ¡No somos creativos!

Los dichos siempre me intrigaron, más cuando no los entendía y me dejaban igual de perdido, por ejemplo cuando mi abuela decía: "ya con el ojo afuera, no hay Santa Lucía que valga" (?). O por ejemplo cuando en el centro comercial pedía algún juguete, mi mamá me dejaba "gringo" cuando tajante contestaba: "El palo no está pa' cucharas".

Hoy, más que nostalgia siento una enorme gratitud por todas las lecciones que aprendí a través de los dichos, incluso creo que si llevamos estas enseñanzas al campo de la creatividad, la Publicidad y el Mercadeo, encontraremos en los proverbios criollos sapiencia construida a los largo de los años que pueden (y si queremos así será) convertirse en una inagotable fuente de ideas para una campaña, un producto o un negocio.

Por ejemplo no volví a ver una venta de merengue o merengón en la puerta de un ente educativo / "Dura más un merengue en la puerta de una escuela".

¿Por qué no vender un juego de boxeo, con máscaras de cerdos? / "Juego de manos, juego de marranos"

¿Por qué no hacer o vender bonsáis de Navidad?, entendiendo que un bonsái es completamente abúlico. / "Más aburrido que un mico en un bonsái".

¿Por qué no vender imágenes de Santos, con veladora incluida y obviamente, situada a una distancia prudente? / "Ni mucho que queme al Santo ni tampoco que no lo alumbre".

Otro producto innovador sería un letrero que diga: No me fui a Barranquilla. Claro está, dicho letrerito serviría para ubicar en el espaldar de las sillas previamente ocupadas. / "El que se va para Barranquilla pierde su silla y se sienta en una puntilla".

¿Qué tal un curso o taller de 'Técnicas de conquista amorosa' para jugadores empedernidos de Póker o Blackjack? / "Afortunado en el juego, desafortunado en el amor".

Mejor dicho, esto de los dichos da para todo y para todos los públicos. Por ahí leí en una pared un graffitti que decía "más marica que un timbre rosado". Pensándolo bien, tal vez ese aparato empleado para llamar o avisar mediante la emisión rápida de sonidos intermitentes sea un éxito pintado de rosado y se venda muy bien entre la creciente y liberada comunidad LGBTI.

En fin, la creatividad se nutre de esas verdades populares y los dichos esconden muchas de ellas. No los olvidemos. Ante la carencia de ideas, ellos se presentan también como un buen recurso.

"Creativo advertido...".