Los socios del equipo, cansados de vivir los altibajos inherentes al fútbol y de cargar con la difícil responsabilidad de tener un equipo, toman la nefasta decisión de traer a un nuevo Director Técnico (Gustavo Petro).
Este personaje promueve una idea de juego que ha fracasado en todos los equipos en los que se ha intentado (Venezuela A.C., Nicaragua F.C., Atlético Cuba, etc.), pero que, en palabras de este sujeto y de todos los que lo siguen y le creen, "no es culpa de la idea, sino de quien la pone en práctica".
Pues bien, el "estratega" se hace elegir, criticando por lo divino y humano a todos sus antecesores, quienes han repetido hasta el cansancio el peligro que supone ubicar a este personaje al frente de cualquier equipo de fútbol.
Recién "desempacado" impone las ideas que anticipó.
"Todos los jugadores ganarán lo mismo. Tanto la estrella que llegó al club con un contrato millonario, como el juvenil venido de la cantera ese mismo año. No se tolerarán desigualdades".
Como es de suponer, el club no está en la capacidad de cerrar las brechas salariales subiendo el pago de los que menos ganan, más bien lo hace bajándole el pago a los que más devengan (los jugadores de más pergaminos, más experiencia y los que más venden camisetas).
Inmediatamente las decisiones abruptas del DT Petro, empiezan a sentirse.
> El incumplimiento de los contratos y sus respectivas multas son asumidas por las golpeadas finanzas del club, que no puede contratar a nadie más.
> Los jugadores interesados en jugar en el equipo, se retractan al saber que todos ganan lo mismo.
> El jugador estrella y el goleador (con el mejor promedio de anotaciones de toda la liga) renuncian irrevocablemente al equipo. En otros clubes valoran su talento individual y sus rendimientos deportivos. También demandan al club, por la reducción autoritaria de sus sueldos.
> El rendimiento físico y futbolístico baja. Al tener la misma retribución económica, los titulares entrenan al mismo ritmo que los suplentes y canteranos. Entienden que no vale la pena esforzarse más que los demás, si no hay incentivos individuales.
> El equipo empieza a perder puestos en el campeonato. Rápidamente pierde la posibilidad de jugar torneos internacionales, por lo cual pierde los ingresos de televisión internacional y a los patrocinadores, que le pagaban al equipo por poner los logos de sus marcas en la camiseta.
> Al final de la temporada, sin patrocinadores de peso y con una racha de resultados nefasta, el equipo pierde la categoría.
Al perder la ficha en la categoría máxima, se pierden también los ingresos por la transmisión de los partidos en la TV local, el equipo entra en déficit y no puede cumplir con sus obligaciones contractuales ni operativas. Los acreedores toman control del equipo, o de lo que queda de él, y lo rematan. Venden la ficha y Colombia Fútbol Club desaparece.
El DT Gustavo Petro, vuelve a Europa, en donde reside con su familia.
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