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viernes, agosto 17, 2018

PAÍS DE MIERDA

Así despedía César Augusto Londoño la sección de deportes del noticiero CM&, el 13 de agosto de 1999, tras conocerse la noticia del asesinato del humorista Jaime Garzón.



Hoy, casi 20 años después, me embarga un sentimiento similar al que en ese momento poseía al periodista deportivo. Extensas columnas he escrito en este blog (que es como un muro particular de los lamentos), diatribando temas que, desde mi humilde opinión, nos han llevado a ganarnos con ingente ventaja, el título de republiqueta bananera.

Pues bien, después de 8 años del que ha sido (manos abajo, no admite discusión) el peor gobierno de la historia de Colombia, y todos los lustros durante los que han pasado unas cosas de "no te lo puedo creer", hoy necesitaba detener todo lo que tengo que hacer solo para escribir y tirar un grito silente: ¡país de mierda!

Aquí la tal paz ha dado para todo, para conocer y vivir de cerca la asquerosa hipocresía de nuestra idiosincracia, la falta de dignidad de nuestra cultura, la violenta cobardía de toda la sociedad, la ligereza intelectual con la que abordamos todos los temas, mejor dicho, ha dado ese adefesio para conocer y reconocer el adn (hediondo por demás) del colombiano promedio. Sin embargo, la de hoy es la tapa... Como decía un embejucado conductor que se hizo famoso en internet, "¡Qué jijueputada!" Después de que los honorables jueces y la tal JEP y toda esa caterva de togados corruptos dijera que el secuestro, la extorsión, el asesinato y el narcotráfico son delitos conexos al político (por si no entiende, es algo así como decir que las farc, paras, combos, clanes y demás lacras delincuentes metidos en el mal llamado conflicto, cometieron esos delitos con propósitos revolucionarios), anoche la corte constitucional integrada por nueve gatos elegidos a dedo (Alejandro Linares Castillo, Gloria Estela Ortiz, Luis Guillermo Guerrero, Carlos Libardo Bernal, Antonio José Lizarazo, José Fernando Reyes, Diana Fajardo, Cristina Pardo y Alberto Rojas Ríos) _publico sus nombres para dirigir el madrazo y ponerle nombre propio a esta infamia_ dijeron que el delito sexual con menores, también era un delito político y como tal, merecía que los culpables de estos vejámenes, tuvieran penas alternativas. ¡¡¡Ah!!! ¿no es este un ¡país de mierda!?

Yo no sé, pero escuchar testimonios de mujeres (hoy) que fueron niñas secuestradas, violadas, embarazadas, obligadas a abortar varias veces y luego desechadas (porque no las alcanzaron a matar), hierve la sangre. El colapso viene cuando se sabe que dichas atrocidades quedarán en la impunidad y que los victimarios, no solo no pagarán su pena, sino que estarán en el Congreso de la República ganándose 33 millones de pesos (42, con gastos) durante cuatro años. Si esto no fuera suficiente, hay que soportar gente en las redes sociales defendiendo este engendro (y otros tantos) para que la tal paz sobreviva y para que Álvaro Uribe (el político más controversial de la historia) no tenga la razón. 

Cuando empecé a escribir, tenía dentro de mis borradores otro texto acerca de fútbol que se titulaba La injusticia de la justicia y pensé, que ese título quedaba mejor para este grito herido. Sin embargo creo que NO. Ese título, no le hace justicia a la sensación de desasosiego que tengo entre pecho y espalda. No encuentro la frase que rechace con más vehemencia mi nacionalidad, no hay oración que describa la vergüenza que siento de mi origen, no hubo, no hay y no habrá; solo la que se le salió a César Augusto Londoño una noche de agosto de 1993... Hasta mañana, ¡país de mierda!

@PeliROLO