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lunes, junio 28, 2021

LA DEGENERACIÓN SIN MIEDO

SIN MIEDO, NO SOMOS MÁS QUE ENTES CUYA EXISTENCIA SE BASA EN RESPIRAR Y EN COMER. Pilas ambulantes que solo esperan su extinción, mientras luchamos los unos contra los otros por sobrevivir. La falta de temor a lo divino y a lo humano es un camino inexorable hacia la decadencia.


Se autodenomina ‘La Generación sin Miedo’ y a juzgar por sus actos, lo es. Sus integrantes deambulan por la vida retando cualquier forma de autoridad. Se entienden en revolución permanente, pues la ausencia de necesidades reales y su relación lejana y digital con los verdaderos dramas humanos, hace de ellos una turba de empáticos selectivos que reacciona con violencia a la sola sugerencia de obediencia o uniformidad. 

Su moral es disfórica, conocen la pobreza de la misma forma que entienden la responsabilidad. Nacieron en un lugar plagado de derechos sin deberes y de recompensas sin sacrificios. El único mundo que dimensionan es una versión pusilánime de sí mismo, que acolchó sus paredes de realidad, precariedad y escasez a la medida de la psicología infantil, que pronosticó daños irreparables al menor asomo de corrección. La terquedad revuelta con insolencia es su impronta, oyen pero no escuchan; leen pero no entienden, actúan sin pensar y sin escrúpulos, jamás reconocen un error porque aprendieron que las culpas son siempre de otros. Si llega la evidencia innegable del fallo, optan por la victimización y el autoflagelo, que en algunos casos llega a ser fatal (hasta su suicidio ha sido culpa de otros).  

Como resultado tenemos una sociedad hipócrita y de doble moral. Una degeneración de degenerados que repele con tozudez lo tradicional y se rinde sin pensar ante lo bizarro. Lo alarmante es que esta “camada” de individuos no solo responde a una agrupación etaria. Sorprende ver treintones, cuarentones y hasta de más edad, actuando con la misma inmadurez social y banalidad intelectual que un millenial o un centenial.

Para colmo, la reverencia que tiene esta generación por la opinión de cantantes, youtubers, influenciadores, comediantes y actores, quienes otrora nunca fueron referente intelectual, político, social y mucho menos económico, es kafkiana. Resultado de lo anterior, pululan individuos que no comprenden los linderos de la sociedad y su funcionamiento,  relativizan cualquier cuestión achacándosela a la mera autopercepción y al romanticismo de los discursos. Son elocuentes citando términos como “resistencia” y “revolución” abstractos que entienden semejantes a un juego de video (que es en esencia la referencia más próxima de un suceso parecido) en el cual, el jugador tiene varias vidas y va eliminando enemigos hasta que consigue su objetivo (derrotar al villano). Sus opiniones tienen preeminencia sobre las del resto de sus semejantes.

Esta generación ama el victimismo, es atraída hacia ese arquetipo con patológica frecuencia. El estoicismo de la víctima es confundido con la del mártir, por lo cual no es extraño ver con frecuencia, jóvenes caídos en alguna protesta o marcha que no tiene ningún fundamento fáctico, sino más bien retórico y político. Todo es susceptible de volverse causa. Que el género, la injusticia, la corrupción, la inequidad, el feminismo, el machismo, la raza, los LGBTI, el indigenismo, la guerra, la ancestralidad, el ateísmo; todo tiene la potencialidad de ser utilizado como método de corrección política, una de sus más frecuentes, odiosas e identificables prácticas. 

Lo curioso es que esta generación que se jura rebelde es astutamente utilizada por el mismo sistema que busca derrotar. Ingenuamente cree que está alterando el statuo quo, cuando en realidad está, a través de actos inocuos, creando las condiciones para que todo siga tal como está. Por eso la situación pública y social parece inalterable con el pasar de los años.

Esta generación adormeció su espíritu crítico y obvió la búsqueda de un propósito de vida, por lo cual adopta sin resistencia el de alguien más. Perdió el miedo a fracasar y así va por la vida reclamando derechos que nunca adquirió. Esta generación se degeneró sin miedo.

  

El Pelirolo (ig) (fb) (tw)