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lunes, junio 26, 2017

EL EUFEMISMO, UN INSULTO A LA INTELIGENCIA



Usualmente no me ofendo cuando me dicen bruto, pero en Colombia no hay más para dónde moverse en materia de "insultos a la inteligencia". A punta de eufemismos nos han robado, sometido, vulnerado, acusado y violentado. A una vulgar componenda le llamaron "paz". A la exigencia de justicia para unos groseros escándalos de corrupción, cometidos por dos exministras homosexuales le llamaron "homofobia". A beneficios, curules e impunidad para delincuentes y terroristas, le llaman "la fiesta de la paz", a la crítica de esta realidad meliflua, le llaman "fascismo"; al hecho de objetar el "pistolazo" que le hicieron a la voluntad popular (el 2 de octubre) por parte de esta ramplona dictadura -llamada eufemísticamente: democracia-, lo hará acreedor del singular apodo 'enemigo de la paz', y así...

Hoy miro mi ciudad, Bogotá, en la cual nací y he vivido los 37 años de vida que tengo (lo cual indica que he padecido más o menos 10 alcaldes - antes los periodos eran de dos años) y veo con estupor que a una 'componenda revanchista', del saliente, cuestionado, inhabilitado y derrotado alcalde Petro y del Senador del Polo Democrático, Jorge Enrique Robledo (impulsor de la campaña de Samuel Moreno) en contra de Enrique Peñalosa, le llaman elegantemente "revocatoria".

Miro hacia el Oriente (al vecino chamo) y veo a personas que tienen que escarbar la basura algo para comer, mientras se alzan en protestas y marchas, que sin piedad son aplastadas por las tanquetas que el "garante de nuestra paz" (otro hediondo eufemismo) les manda. Venezuela sufre y llora mientras que camina sobre suelos opulentos. Su realidad, que debería ser de abundancia, es un antónimo de ella, mientras que la gente sigue muriendo por cuenta de otro asqueroso eufemismo: "revolución".

¿Allá llegaremos? Pocas veces en la vida uno tiene la oportunidad de ver y conocer de cerca lo que le depara el futuro. Colombia la tiene con Venezuela, pero aún así, entiende la suerte de su hermana como algo que nunca le ha de pasar, nunca de los nuncas, como ese que piensa que las tragedias son para los demás, hasta que se ve envuelto en una. Ojalá no seamos tan obtusos* y despertemos pronto.

Otra vez estamos ad portas de una contienda electoral, donde la entrada, el plato fuerte y el postre están sazonados con lo mismo: odio.

Pronto veremos mensajes de los mismos falsos caudillos vendiéndose a través de insultantes eufemismos como "la solución, la alternativa, la nueva generación, la independencia, la verdad revelada,...". Lo cierto es que nuestro pasado ha sido violento, sanguinario y corrupto; nuestro presente es falaz, mezquino, violento y corrupto;... Y nuestro futuro, por más eufemismos que le pongan, parece que será entoldado*.

* Eufemismo

@El PeliROLO