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lunes, febrero 06, 2012

¿SABE DIBUJAR? ESTUDIE PUBLICIDAD

El cine es una de mis grandes pasiones. Como cinéfilo no como cineasta, disfruto de cada oportunidad que tengo para ir a ver películas que logren desde su póster, intrigarme; desde su tráiler, seducirme y desde su dirección, convencerme. 

Hace poco vi en televisión una película que en su momento (de estreno) despertó en la sala mi ira fecunda y mi indignación profesional. Se trataba de Phone Boot o Enlace Mortal -como la llamaron en Latinoamérica.

Para los que no la vieron, se trata de un "publicista" (Colin Farrell) a quien un francotirador (Kiefer Sutherland) escoge de víctima y lo obliga a confesar todas las mentiras y cochinadas que hace en su diario vivir -como "publicista"- so pena de ser asesinado de un disparo. Hasta ahí: normal. Hasta ahí, un aplauso para Joel Shumacher (Ocean`s Eleven), quien mantiene al espectador hora y media en una cabina telefónica sin aburrirlo ni matarlo del tedio.

El verdadero problema, también motivo de esta entrada, es la cabreada que me causa el hecho de saber que la Publicidad es mirada, por el común de la gente, como una profesión de "hablamierdas", de eternos subordinados, de marihuaneros, de hippies, de incomprendidos, de malogrados dibujantes, bohemios pensadores y frustrados poetas.

No entiendo, ¿es que nosotros estudiamos menos? ¿Será que no somos reverenciados como cualquier profesional por nuestra incapacidad ante Microsoft Excel? En la película, el protagonista se llama Stuart y le gusta que le digan 'Stu', camina un par de cuadras antes de llegar a la cabina y durante ese trayecto cuadra dos almuerzos, un par de entrevistas con periodistas de poca monta (cual 'Negra Candela') y marranea a un practicante... ¡Así nos describen!

Veo con cierta rabia, cómo mi hermano (que es Arquitecto) se saluda con sus pares así: "buenas tardes Arquitecto". ¿Y nosotros qué? Jamás he oído a una secretaria anunciar mi entrada con un honroso: "doctor, para informarle que el Publicista ya llegó a la reunión". Si estuviéramos en México creo que ya me hubiera inmolado en un restaurante de abogados a mediodía... Pues allá todos son "licenciado para aquí, licenciado para allá".

Debo admitir que lo de saludarse anteponiendo la profesión me parece algo frondio, lo que me indigna es que ni a ese escaño tan ramplón logramos clasificar los que optamos por la Publicidad como pasión, carrera y modo de vida.

¡Es cierto!, todo se lo debemos a varios factores: algunos personajes que se han destacado en este ámbito, no se han diferenciado por llevar un estilo de vida ordenado, otros se quedaron en el "viaje" cuando estalló la revolución de las drogas alucinógenas (característica que no solo cobija a los publicistas) y otros, simplemente se creyeron el cuento de que son muy creativos y actúan como pendejos, se visten con unos atuendos que harían sonrojar a un payaso de restaurante y demuestran una aversión extrema a todo lo que huela a criollo o a coloquial (porque como son Creativos = Incomprendidos).

Igual las novelas han hecho su parte, recuerdo un esperpento que se llamaba 'Isabel me la veló' en donde además de posicionarnos como unos viciosos, también quedamos como unos megamediocres que solo viven para los coctelitos y las ideas de última hora.

En fin, solo quiero exhortar a todos aquellos que sabemos cómo es de duro trabajar en esto, estudiar esto y vivir de esto, a que cambiemos el imaginario colectivo y le demos a nuestra profesión, por lo menos, un estereotipo más digno. Tal vez y solo tal vez, si actuamos bien, no renegamos de las masas y no creemos que la creatividad está en la ropa o en el peinado, la próxima vez no escuchemos a nuestra tía universal (esa que todos tenemos y no sale de la casa) decirle al adolescente de la familia: "mijo que parece todo loquito y con lo bien que dibuja, debería estudiar Publicidad".

Contraindicaciones: primero respetar el trabajo que hacen sus pares. Ver foto.