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sábado, julio 05, 2014

CRÓNICA DE UNA ELIMINACIÓN ANUNCIADA

¡Qué guayabo! Duele todo, la cabeza da vueltas, algunos episodios de ayer se ven borrosos. Lo peor del asunto es que no tiene nada que ver con la resaca resultante de una noche excesiva de copas, tiene que ver con la "cruda" que deja la oportunidad arrebatada de haber alzado la copa más importante de todas, la mundial.



Colombia, el mejor equipo del Mundial Brasil 2014, objeto de un escrito anterior, ha sido eliminada vil e injustamente (dejando patriotismos irracionales de lado). Su salida del evento mundialista estuvo enmarcada en la deshonestidad, en el juego sucio, y en los intereses personales... Nada que ver con lo que la FIFA apócrifamente recita como "Fair Play".

Empecemos por los errores propios, porque la verdad sea dicha, también hubo errores criollos que facilitaron la tarea de los que quieren ver a Brasil levantando por sexta vez, el trofeo que lo acredita como el mejor equipo del mundo.

Para empezar: "Equipo que gana no se toca".
Yo sé tanto de fútbol como lo sabe cualquier parroquiano de a pie. Mis tácticas se limitan a un domingo en un potrero con mis amigos y a uno que otro partidito en Playstation, pero sí sé que la máxima arriba enunciada es irrefutable, es una verdad de puño, ¡es así!

Colombia ganó, ganó, ganó y ganó; clasificó de primero, sobrepasó con suficiencia los octavos de final (a diferencia de los otros siete equipos) y todo esto lo hizo con una base específica de jugadores. No entiendo por qué 'El Profe' para el partido más bravo e importante decidió sacar a Abel Aguilar y poner a Fredy Guarín. No entiendo por qué sacrificó a uno de esos dos fieros leones del centro del campo, para meter a un jugador que, coloquialmente hablando, " juega bien pero no marca ni un cuaderno". No entiendo por qué si el otrora "jogo bonito" de los brasileros fue cambiado por un tosco "leño feíto", el argentino decidió sacar a uno de los jugadores que podía contener la arremetida carioca por un jugador que contribuye más arriba, que abajo. La consecuencia: Sánchez se vio solo, perdido, errático y débil. James y Cuadrado no pudieron desplegar su fútbol. La hambrienta ansiedad, inherente a estas instancias, se almorzó a una defensa cafetera que con ganas y lucha, olvidó su consigna táctica y su calidad con la pelota en los pies. Ospina, como siempre, un bombero con una carga laboral superlativa, un cerrojo, el salvador.

Otro error colombiano fue el manejo de la mediática. Néstor Pékerman se caracterizó, a lo largo de las eliminatorias, por un manejo hermético de los medios y un receloso cuidado de sus jugadores (un acierto). En este mundial James, Cuadrado y el equipo en general fueron la noticia. Sus dotes, su forma de jugar y la revelación que significaba Colombia, pusieron todos los reflectores sobre ella. Esta sobreexposición no controlada como antes, en mi humilde opinión, abrumó a los cracks de 'La Tricolor' que frente a los pentacampeones se vieron timoratos, ansiosos y opacos. 

Para terminar con los errores propios: seguimos "comiendo de camiseta": esta generación y este equipo es el mejor combinado que hemos tenido y diciendo esto no pretendo inferir que los anteriores hayan estado en un distante nivel futbolístico. Lo que intento decir es que el buen fútbol que Colombia practica y ha practicado, siempre se vio mermado o potencializado por la camiseta del rival (dependiendo del caso). Está claro que no es lo mismo enfrentar a Brasil que a Japón, pero después del mítico 5-0 frente a Argentina, no volvimos a jugar ante los gauchos con miedo, los vimos de igual a igual y con ellos entendimos lo que debimos entender ayer ante los de Brasil: que éramos once contra once, que la historia es eso, historia, y que el 'Jogo Bonito' hace rato dejó de serlo.

Como lo dije antes, ¡Colombia fue el mejor equipo del mundial! Sin embargo hoy nos estamos yendo a casa y en parte porque seguimos "comiendo de camiseta" (prueba de ello, el primer gol de Brasil, ¡Increíble tanta inocencia e ingenuidad!).

Ahora las razones ajenas a nosotros que nos tienen buscando algo que cure este guayabo futbolístico.

Brasil, es el hijo bobo de la FIFA. Esto se sabe y es innegable desde que Joao Havelange fue Presidente del ente rector del fútbol (1974-1998). A partir de allí y con una, casi ad hoc, elección de Joseph Blatter, se empezó a crear una nube de desconfianza entre la FIFA y el resto de confederaciones por un supuesto favorecimiento al equipo suramericano... (Sedes, calendarios, árbitrajes, condiciones, etc.), sin embargo dichas suspicacias eran silenciadas con el talento de los brasileños, quienes con "jogo bonito" deslumbraban a los excépticos, dominaban a los rivales y enamoraban a sus detractores. Pero ahora, que Brasil ya abandonó la idea que le dio identidad y reputación, la preferencia descarada de la FIFA se hace innegable, se hace procazmente manifiesta. La primera víctima de lo que hablo fue Croacia. Un pénal inventado desequilibró el partido con el que el onceno verde amarelo debutó en la Copa del Mundo. México fue siguiente y luego Chile, las dudas se acentuaban sobre los arbitrajes y algunos técnicos lo empezaron a proclamar en voz alta: "o Brasil gana o lo harán ganar". Luego llegó Colombia, el encuentro resumía las actuaciones de ambos equipos ('La Revelación' contra 'La Historia') y esclarecería de una buena vez las incertidumbres.

Así fue, la mentira quedó expuesta y #RoboAColombia se tomó las tendencias mundiales. El árbitro español Carlos Velasco (país caracterizado por tener un pobre y acomodado nivel arbitral) permitió el juego sucio y carente de ideas de Brasil. James, fue molido a patadas que impunemente fueron señaladas pero no sancionadas. Fernandinho y Paulinho, ablandaron a los talentosos a punta de "guayinho" y las tarjetas fueron repartidas equitativamente pero no justamente. No contento con eso, anuló un gol de Colombia absolutamente válido y le dio a Brasil una falta inexistente, de donde nació el segundo gol de los auriverdes (que fue un golazo, hay que admitirlo).


Por otra parte, la política: el fútbol y su ente rector se han politizado. La sede de los campeonatos ya no se adjudica teniendo en cuenta la capacidad de los países (en infraestructura, competitividad, ubicación geográfica) sino que se subasta al mejor postor. No por nada la elección de Dubái (2022) está empañada por supuestos dineros entregados a los miembros del comité de la FIFA.

Pues bien, Brasil está sufriendo una crisis económica y política fortícima, lo cual desde mucho antes hacía inexplicable la adjudicación del mundial y la ingente inversión en estadios que hizo el gobierno de Dilma Rousseff. El campeonato se ha visto dividido por la opulenta cara de las marcas y la miseria, las protestas, la violencia y los abucheos de los endémicos. La FIFA no fue ajena a esa presión, por eso se designó ese árbitro, por eso la victoria de Brasil fue agridulce, por eso los penta ya no convencen y por eso hoy me atrevo a decir que "la copa se quedará en casa".

En los corrillos urbanos formados en las sedes futboleras se dice que si Brasil queda eliminada, ahí mismo se desatará el caos en todo el territorio. Habiendo visto el descarado proceder del árbitro y la posterior felicitación de la FIFA por su actuación, no es de locos pensar que el triunfo de Colombia no era más que la crónica de una eliminación anunciada. (Es mejor manipular un partido en contra de un equipo sin historia mundialista, que prender una frenética revolução).


Dicen los entendidos que Brasil siempre es favorito, pero que si el mundial no hubiera sido organizado en su terroritorio, era probable que fuera eliminado en la primera ronda, dado su nivel futbolístico. Yo creo que eso es como decir: "si mi tío tuviera tetas, sería mi tía", por eso es casi seguro que me gane la polla, en donde puse a los brasileños a levantar la sexta.

Sonará de cajón, pero esta selección Colombia es de campeones y el trofeo, aunque no es bañado en oro, sí está recubierto del orgullo y la admiración de 47 millones de almas, lo cual debe ser suficiente para erradicar de mi cabeza, el amargo sabor de la derrota y el guayabo de lo que pudo haber sido y no fue.

@ElPeliROLO

Entre tanto:

* Neymar se pierde el mundial por una lesión sufrida en un choque del lateral colombiano Camilo Zúñiga. Si me preguntan, yo a esto lo llamo Karma.

* Los medios brasileros y los furibundos hinchas amenazan al buen lateral colombiano. Los colombianos reprochamos ese comportamiento (sería bueno recordar nuestro proceder con Soner Ertek cuando lesionó a Falcao, en una jugada normal de partido, tal como la de Zúñiga con el astro brasileño). Si me preguntan a esto lo llamo Karma

* Colombia sí estará en la final (y no me refiero a Juan Manuel Santos lagarteando y dormitando en la tribuna), hablo de Shakira, nuestra cantante barranqui-argentina-española, quien ha sido invitada por tercera vez consecutiva a la cita futbolera. Desde este espacio le solicitamos dos cositas: 

1. Que se vista con la camiseta de la Selección Colombia
2. Que cante: "¿Dónde están los ladrones?" 

jueves, julio 03, 2014

LA LESIÓN DE UNA ESTRELLA QUE NOS VOLVIÓ UN EQUIPO

Data el 22 de enero de 2014, el Monaco se enfrenta al desconocido Chasselay en un partido de la Copa de Francia (algo así como la Copa Postobón, en donde los equipos de todas las divisiones se enfrentan). 'El Tigre' buscando saciar su insaciable apetito goleador, pide al entrenador que lo ponga a jugar contra el humilde equipo de tercera categoría. A pesar de la reticente opinión del D.T., el ariete entra a la cancha y cerca del minuto 40, el defensa, y también profesor, Soner Ertek se lanza a bloquear un disparo del colombiano, quien abre su pierna para proteger la esférica, con tan mala suerte que el golpe fue a parar en su rodilla izquierda y por ahí en el ligamento cruzado anterior. El delantero cayó y en ese momento las esperanzas futbolísticas de todo un país, también cayeron.



El mundial de Brasil, al minuto en que se confirmó la lesión de Radamel Falcao, aceleró su llegada, ni los mensajes de apoyo, ni los innumerables comerciales en los que se le enviaba "buena energía" ni los detallados reportes de la convalecencia del delantero en los noticieros hicieron que se recuperara a tiempo... Las caras cafeteras aunque entusiastas, no negaban la preocupación existente de encarar un mundial de fútbol sin su máxima estrella.

Sin embargo, hoy y sin tener nada en contra del afamado Radamel, sin haber jugado con Brasil, habiendo visto a las grandes selecciones salir de la cita futbolera y repito, sin desconocer y agradecer desde el fondo del alma los goles del 'Tigre' que nos llevaron al mundial; tengo que decir todo lo que no soporto del samario y por qué creo que su lesión le cayó de "perlas" a la escuadra colombiana.

Empezando por lo más banal, su mote es prestado, carente de creatividad y, aun cuando sé que él no se lo autoimpuso y eso no tiene nada que ver con nuestra selección, un futbolista debería ser diferente hasta en algo tan inocuo como un apodo.

Luego, su sobreexposición. Sus dotes futbolísticas y los logros que ha conseguido en ese campo, lo han vuelto la imagen de múltiples campañas publicitarias. Él hace su negocio (y bobo si no lo hiciera), pero los "creativos", que no lo son tanto, no cuantifican el daño que le hace a su cliente usar la imagen de un futbolista que presta su rostro para otras 15 marcas. Que insoportable me resultaba (días antes) ver la cara del lesionado Falcao vendiendo desde servicios bancarios, hasta cemento, pasando por chocolatinas, gaseosas, sopas y recalando, seguramente en protección femenina. La "falcaomanía" se me volvió "falcaomelitis" y resulta que el único antibiótico para ello fue "Soner Ertek".

Entrando ya en terrenos de juego más pertinentes con esta reflexión, veo la lista de delanteros de la selección (Ramos, Martínez, Teófilo, Bacca e Ibarbo) y no veo ninguna figura rutilante. Ninguno que se ponga bravo con Pékerman si no lo pone como titular -tal como 'El Tigre' lo hizo con Leonel Álvarez en La Paz, ninguno imprescindible que encadile a sus compañeros, ninguno que le "eche" encima los periodistas al técnico, ninguno al que toque darle la pelota durante el partido para que convierta (tal como lo hace en los comerciales de televisión), ninguno como Ronaldo, Balotelli o Rooney, que en este momento disfrutan del mundial a través de un televisor. Lo siento, pero yo veo una lista de delanteros muy buenos que dependiendo el rival y la táctica del 'Profe', han de actuar sin mostrar la sintomología antes mencionada.

Siguiendo con lo futbolístico, la Selección Colombia lleva once gritos de gol (cinco de ellos de James Rodríguez) y durante las celebraciones han bailado, han reído y fervorosamente han festejado cada merecida conquista, pero curiosamente en ninguna de las once celebraciones se ha hecho alusión a Radamel Falcao. En ningún festejo han sacado la casaca de García (que dicho sea de paso ya viste Teófilo Gutiérrez) para homenajear a ese que otrora reciente, fuera el único referente de la selección de Pékerman. La única explicación coherente es que los jugadores se sintieron excluidos y disminuidos dado el excesivo clamor periodístico que se le dio a la posible ausencia de Falcao. Creo que pensaron: "¿entonces sin él no podemos?". Camilo Zúñiga, por ejemplo, estuvo lesionado también y por poco se queda fuera de la cita carioca, sin embargo para él, quien también es fundamental en el equipo -por la banda derecha- no hubo nada de ofrendas, oraciones, canciones y mensajes que sí recibió Radamel, en consecuencia hoy esos jugadores por los que nadie daba un peso sin Falcao, están demostrando con juego colectivo, entereza, humildad y berraquera, que son tremendo equipo de fútbol y que su fiereza no depende del rugido de un solo tigre.

Finalmente y habiendo visto con agudo detalle la selección con Falcao y la selección sin Falcao, me quedo un millón de veces con la que no cuenta con el tenaz delantero. Tengo 34 años de vida (tiempo en el que que he visto en incalculables oportunidades al equipo nacional) y jamás me había sentido tan orgulloso y confiado antes de un enfrentamiento con los pentacampeones del mundo. Creo ciegamente que si los pormenores políticos, económicos y sociales que se ciernen sobre la FIFA no benefician al anfitrión del torneo, en este caso Brasil, Colombia puede ser no solo ganador del partido del viernes en Fortaleza, sino también campeón del mundo. El combinado por el que opto -sin Falcao- juega como un equipo, es solidario, es orgulloso pero no arrogante, no subestima y no se arruga, sabe ir hacia adelante y para atrás, sus integrantes (que parecen seleccionados con exquisita precisión) no exhiben afanes de grandeza individual, no parecen perseguir intereses particulares, no juegan pensando en lo que pasará después del mundial, sino que están viviendo el momento y nos lo están haciendo vivir a nosotros... Cosas que no pasaban cuando estaba el denominado "mejor nueve del mundo" en la cancha.

Tengo grabado (y lo comparto) el segundo gol de Colombia contra Uruguay y aun cuando hemos visto unas auténticas obras de arte en el campeonato, este gol (en la opinión de este humilde servidor) demuestra, literalmente, qué es "jugar (hacer algo para divertirse y entretenerse) fútbol".


Repito, no tengo nada en contra de Radamel, pero estoy seguro de que con él en la selección de Pékerman no estaríamos hablando del centelleante momento de James Rodríguez (¡Crack!), sino de la falta de gol de Falcao; no estaríamos hablando de la resurrección goleadora de Jackson, sino de la falta de gol de Falcao; no estaríamos hablando de los excelentes y oportunos cambios del entrenador, sino de por qué sacaron o no sacaron a Falcao.

El viernes 4 de julio se acerca. Nos enfrentamos al local, al favorito de la gente, al consentido de la FIFA y al más veces campeón. Creo firmemente que aún sin haber dado el pitazo inicial, Colombia ya ganó porque tiene, por primera vez en su historia, una 'Selección Nacional de Fútbol'. Me da pena admitir que tuvo que lesionarse el mejor jugador que hemos tenido para poder decirlo.

@ElPeliROLO

lunes, marzo 24, 2014

EL NUEVO MARKETING MIX DXE LAS CAMPAÑAS POLÍTICAS

De todo se ha hablado en Colombia de los comicios que se celebraron el 9 de marzo de 2014. Ese día los colombianos elegimos a nuestros parlamentarios a través del mecanismo electoral que nos proporciona el vivir en un país "democrático". Que hubo robo, fraude, trasteo de votos y no sé cuántas irregularidades, sí, seguramente hubo y cuando el río suena... Pero hoy no voy a hablar de eso, hoy quiero referirme a esta penosa tendencia que enmarcó las campañas electorales, algo que he denominado: "el nuevo Marketing Mix de la política".
 
Por si no lo recuerda, le explico grosso modo qué es el Marketing Mix. Es un concepto que fue desarrollado por allá en los años cincuenta por un señor de apellido Borden, quien listó 12 elementos que, en sus palabras, debían ocupar al responsable de Mercadeo en cada organización. Ya en 1960, otro teórico (McCarthy) simplificó la lista y la redujo a cuatro preceptos que se denominaron "las cuatro pes" (producto, plaza, precio y promoción).

Pues bien, aclarado lo anterior quiero describir una nueva tendencia que pude identificar en las elecciones arriba mencionadas... "las ocho pes":


  • Piezas
  • Publicitarias
  • Poco
  • Pensadas
  • Para
  • Persuadir
  • Personas
  • Pusilánimes

¡Lamentable! de todas las campañas hechas por los partidos políticos no hubo ninguna memorable, la creatividad brilló por su ausencia y el impacto se pudo equiparar al que genera un payaso con megáfono en la puerta de un restaurante. Todos los candidatos y los profesionales detrás de ellos, se limitaron a valerse de apellidos rimbombantes, de capitales políticos ya adquiridos y de promesas baldías (así como los lotes que usó como pretexto el Senador que más sufragios obtuvo).

"La paz" fue la veddette del lupanar comunicativo. En todas sus variaciones ("vamos por la paz", "por la paz", "paz sin impunidad", "la paz es el camino", "caminemos por la paz", "vote por la paz"...) fue tratada por los "creativos" como si fuera la fórmula secreta de la diferenciación. Lo que no notaron fue que cayeron ingenuamente en el océano del cliché y en el mensaje soso-predecible.

El otro recurso publicitario, manido a cual más, fue el que dicta el principio ancestral "divide y reinarás". Expuesto sin pudor por el controvertido asesor político venezolano JJ Rendón. Como un diestro titiretero el cuestionado estratega, desde su penthouse en Miami, movió los hilos de la Unidad Nacional hacia la confusión y la desinformación. Una de sus propagandas decía: "la U es el partido de Uribe, de Carlos, de Juan...". Naturalmente, los electores desinformados y afines al expresidente, marcaron la equis sobre el logo de su otrora partido y esos voticos se fueron a las arcas de Santos. A JJ le pagaron y le seguirán pagando, yo por lo pronto esgrimo la gran diferencia existente entre una idea sucia y una idea poco novedosa. Para la muestra este botón: fue sucia y poco novedosa, lo cual no se justifica con la supuesta efectividad que tuvo.

El resto fue más de lo mismo... Más de Gerleins, más de Serpas, más de Navarros, más de Galanes, más de lo mismo, más de lo mismo, más de lo mismo.

@ElPeliROLO

El Centro Democrático intentó hacerle el quite a lo ortodoxo y a la ley, de paso. Puso a un comediante a imitar a Álvaro Uribe Vélez pues el candidato no podía aparecer en espacios comprados de manera particular (a diferencia de los que provee el Estado). La estrategia puso a hablar a la opinión pública, pero no por su creatividad sino porque mucha gente no entendió por qué no salía el expresidente y sí un émulo. El mensaje era igual de aburrido como letárgica su ejecución: "mi partido no es la U..." bla, bla, bla.

Desde este espacio no solo ofrezco mis servicios, sino que exhorto a todos mis colegas a que piensen creativa y estratégicamente, busquen diferenciación mercadológica y procuren el impacto publicitario. Ya de por sí es un castigo tener candidatos cortos de imaginación, para que tengamos que someter a ideas cortas de inspiración a los colombianos.

martes, febrero 18, 2014

UN BRINDIS POR LOS CONDUCTORES BORRACHOS

"Ayyy no se vaya, tómese uno y ya", "una cerveza no le hace daño", "eso ahorita no hay retenes", "voy aquí no más", "yo estoy bien""solo me tomé una",... Si usted no ha dicho una de estas frases o no se las ha dicho a alguien más por lo menos una vez ¡indígnese y no lea más este texto! Está claro que es usted perteneciente a ese insólito grupo de colombianos que no parece colombiano -de hecho lo felicito por eso. Si no es así, y como yo, sí lo ha dicho o se lo ha dicho a otra persona, siga leyendo y descubra por qué esta entrada le demostrará que somos una sociedad timorata (morronga) y que ese odio y aversión que le producen los conductores ebrios no debe sobrepasar el que debemos profesar por terroristas, hampa citadina, congresistas corruptos, funcionarios ineptos, etc.

Empecemos por el principio. En Colombia desde siempre se ha identificado como parte de nuestra idiosincracia conducir vehículos bajo los efectos del licor -o eso parece, dada la atarbanería de los conductores y las alarmantes cifras-. Esta aciaga costumbre hasta hace poco era tan colombiana como la changua o como decirle "vecino" a cualquier tendero. De hecho, si usted siguió leyendo es porque en algún momento de su vida lo ha hecho o ha sido anuente con alguien que ha cometido esta felonía. Lo curioso del asunto es que de un tiempo para acá este comportamiento se volvió tan grave como robarse el presupuesto de una ciudad o cometer actos de narcoterrorismo en contra de la población civil. Cada fin de semana vemos a los presentadores de noticias frunciendo el ceño de manera acusadora después de reportar el número de conductores borrachos sorprendidos por las autoridades, sin embargo la misma expresión de indignación noticiosa no se ve cuando "en favor de la paz" reportan como un acto anodino una masacre, un secuestro, un bombazo o cualquier acto de violencia de los que otrora vacacionaban en la selva venezolana y hoy por hoy, con el apoyo de este gobierno, gozan del canicular Sol cubano.

¿Y por qué una apología de los llamados "asesinos del volante"?

Ante todo no se trata de decir que manejar bajo los efectos de una droga psicoactiva como el alcohol no es grave. Sin duda los estudios que dicen que los accidentes de tránsito son la tercera causa de muertes en el mundo, no mienten. Y aunque no todos los siniestros están relacionados con el licor, este factor sí convierte al vehículo (carro, moto, bicicleta, bus) en un arma peligrosísima. Se trata de entender que en nuestro país hay personas que cometen con dolo (intención) los crímenes más horrendos a diario y ni por eso se hacen merecedores del desprecio nacional que sí le damos a un jovencito que estrella el carro de su papá después de tomarse unos tequilas. No sé, creo que es más despreciable aquel que recluta niños para luego obligarlos a descuartizar cuerpos o ese que es capaz de pegarle a una señora un collar bomba y luego de una larga agonía detonarlo, que una persona que comete un acto de imponderable irresponsabilidad (conducir bajo los efectos del licor). Es más, si lo pensamos bien, potencialmente todos hemos estado expuestos a causar un accidente o a vernos envueltos en uno por cuenta de ese censurable comportamiento, pero nunca hemos tenido la idea de matar a alguien deliberadamente... ¡Eso sí es de enfermos!

Ahora con la ley que condena a los conductores y endurece las penas a nivel económico y disciplinario, los índices de conductores borrachos han descendido en un 83% (según Mintransporte) lo cual es muy satisfactorio, aun cuando no han faltado los borrachos que siguen apostando 28 millones de pesos a su irresponsabilidad. Si me preguntan, creo que aún se puede ser más taxativo con los ebrios tras el volante, estoy perpetuamente convencido de que si a las ingentes multas le arriman cárcel, no solo bajarán todavía más los índices sino que de pronto desaparecerán en un porcentaje casi absoluto los borrachines que siguen tentando la suerte y la billetera. 

La reflexión es: logramos controlar un problema de salud pública grave con tal solo cambiar la ley, ¿será útil y necesario no premiar con curules y alcaldías a los que usan la violencia como forma de vida, sino aumentar las penas y volverlas equivalentes al daño que ocasionan? Yo creo que sí, pero como sé que no va a pasar (por lo menos no durante esta enmermelada legislatura) prefiero seguir haciendo estas inocuas apologías a los borrachos, pues aunque digan lo que digan, sé que más de uno ha cometido la terrible imprudencia de conducir bajo los efectos del licor, pero ninguno (de los que leerá esto) ha pensado que la forma de hacer parte de un estado es vulnerando los derechos de sus mismos integrantes.

Estas letras son consecuencia de la enfermedad de esta sociedad... Nos regodeamos por crucificar al niño Salamanca (que mató a dos personas y dejó lisiado a un taxista) por darle su merecido, pero nos "hacemos los de las gafas" a sabiendas que en poco tiempo tendremos legislando y recibiendo salario de congresista al secretariado de las farc, integrado por los peores asesinos de los que se ha tenido noticia...

¡Salud por ser como somos!


Notas varias: 

9000 delincuentes salieron de la cárcel a vivir, con el patrocinio de nuestro estado, en su casita (dizque para evitar el hacinamiento)... Lo anterior suponiendo que se van a quedar en la casa haciendo oficio.

Proponen un vagón o un articulado rosa, para que en él viajen las mujeres. Naturalmente, la miope medida supone que los "violadores" viajemos en el rojo. Supongo que mañana cuando toquen a un integrante de la comunidad LGBTI nuestros geniales dirigentes propondrán un articulado naranja o floripepiado.

Se vinieron dos situaciones de interceptaciones ilegales (chuzadas). La primera en un restaurante en Galerías donde presuntamente debajo de la cocina, donde a los comensales le cambiaban la ensalada por huevo, interceptaban las comunicaciones de los negociadores de paz en La Habana. La segunda por cuenta de la Revista Semana que sacó a la luz pública unas conversaciones de los altos mandos militares y en donde, presuntamente, los militares hablan sobre los "chancucos" que vienen haciendo con los 27 billones de pesos que representa el gasto militar de la nación. Al cierre de esta edición (!) el Comandante de las FF.MM., entre sollozos, renunció a su cargo y adujo razones políticas... Santos, con la firmeza que lo caracteriza, le dijo: arrivederchi.

Venezuela arde en estos momentos. Los estudiantes y la oposición al régimen chavista, llevan una semana protestando y poniéndole el pecho con enjundia a la respuesta oficialista, que no solo se vale de palabras y encarcelamientos, sino también de ejecuciones extrajudiciales perpetradas por los 'Tupamaros' (grupo armado extremista de chavistas que van disparando ley a diestra y siniestra).

Bogotá sigue igual, acabada, insegura, inmóvil, cochina y colapsada, todo porque Petro sigue sentado en Liévano, esperando que cualquier leguleyada lo salve de su destitución, gastándose, con el descaro que lo caracteriza, el erario bogotano en la campaña que promueve el voto "no" en el proceso de revocatoria. ¡Qué cosas! Hasta este mandato yo creía que de verdad no había mal que durara cien años ni cuerpo que lo resistiera, pero vea que no, el dictadorzuelo capitalino resultó un secular castigo que estamos condenados a soportar.

Eso les cuento...