¿Han visto cuando un torero es corneado, que uno siente como un fresquito? (Otros más animalistas bailan La Guabina). Pues con la muerte de los tres ladrones a manos de un ciudadano –que resultó ser médico– sentí el mismo fresquito. ¡Claro! Hay voces que me parecen exageradas (como los que piden homenaje al galeno) y otras, simples sandeces, como las que censuran el mismo acto de defender la vida propia. Lo cierto es que gracias a Dios, el valiente rolo tenía salvoconducto y permiso para estar armado, por lo cual no va a transcurrir sus días en 'la cana' (pues no sería raro que nuestra "justicia" le cayera con todo el peso con el que no le cae a los verdaderos maleantes), sin embargo, queda en el aire la pregunta que me hace mi hija pequeña cuando le doy un pico a mi esposa... "¿y yo?".
¿Será que nos toca armarnos?, ¿Jamás se contemplará la idea en Colombia del porte legal de armas?, ¿El "concejo de sabios" incidente en el capitolio, se percatará alguna vez de que las armas que usan los hampones en contra de la ciudadanía no tienen permiso alguno? Ojalá estas preguntas lleguen a oídos de los, recientemente elegidos como timoneles territoriales, para que nos aclaren si tenemos su magnánimo permiso a la legítima defensa.
Por lo pronto, seguiré cargando un bate de béisbol en el carro y diciéndole a los policías que mi sobrino está en la liga, cosa que si algún ladronzuelo trata de herirme, pueda "decirle que no a esa pelota" con la cabeza del susodicho.
@PeliROLO
