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jueves, noviembre 26, 2015

AL DIABLO



Ya extintas lucen las arengas criollas en los estadios de Colombia. Ahora el acento argentino se oye en los cánticos de los capitalinos, los paisas y los pastusos, entre otros. "La puta que te parióoooo, ohhhhh" retumba en la voces ahogadas de hinchas furibundos y furibundos disfrazados de hinchas. 

Hoy el otrora grande América de Cali, vuelve a ser sentenciado a otro año en la cárcel de la categoría B. Otra vez sus hinchas debemos vivir la más paupérrima versión de un espejismo que solo reposa en la memoria. Hoy con rabia quiero cantar...

La puta que te parió Sangiovanni, nos enterraste, nos sonsacaste el alma y la dignidad, nos robaste la grandeza, empobreciste nuestro espíritu para enriquecer tu chequera, nos degradaste, nos acabaste, nos mataste...

La puta que te parió Dimayor, nos cobraste un turbio pasado que no le cobraste al verde y al azul (entre otros). Nos arruinaste por haber pecado y por haber bebido de las mieles opulentas de las que otros también bebieron. Probaste que un grande puede caer y ahora necesitas que vuelva a ponerse de pie, ahora que ya le cortaste las piernas.

La puta que te parió hinchada, tu amor incondicional y ciego alentó la mediocridad que crecía en el alma del rojo. Tu apoyo condonó una categoría nociva, dañina y adictiva. La Mecha se perdió en la crapulencia del dinero y de la inferioridad; tu silencio fue la última palada de tierra en el sepulcro que nos mantiene en el averno.

La puta madre que te parió América, odio quererte y quiero odiarte. Me acostumbraste a mirar a los demás desde arriba y hoy me obligas a soportar estar abajo. Le das tu camiseta a cualquiera y con ello prostituyes el nombre que te ayudaron a construir aquellos que sí la vistieron con grandeza, como dijo Maradona, manchaste la pelota, perdiste el respeto y la dignidad. La puta madre que te parió porque seguiremos esperando de ti, que algún día te mires como nosotros te vemos y recuerdes que hay un espacio en el olimpo esperando por tu redención.

Quinto año en la B, ¡América, la reputa madre que te parió!