Antonella: si se pregunta por qué escribo bajo un seudónimo y detrás de una cuenta no verificada, es porque hace unos años, creí ingenuamente (así como usted cree en la inocencia de su padre) que la democracia en Colombia era realmente participativa y que tener el aval de un partido para llegar a una dignidad a aportar con mis conocimientos, experiencia y ética era posible. Pensé ingenuamente, como muchos colombianos que votaron por su papá, que un cambio era realizable y más, si era yo desde adentro quien lo propiciaba.
¡Pues no! Al minuto de anunciar mi campaña (obviamente con un aval de un partido lejano a la izquierda bélica, criminal y radical que su apellido encarna) me amenazaron, me sindicaron de "paraco", me endilgaron una colección de motosierras, violaciones y me cargaron en el 'Haber', los manidos 6.402 de los que gente de su corriente, no puede dejar de hablar, pero tampoco demostrar.
Aclarado esto, y luego de leer la respuesta que emitió a la columnista Salud Hernández Mora, le quiero decir que le creo. Le creo que en su casa su papá le haya repetido hasta el cansancio que a palabras necias, oídos sordos (valdría la pena saber cómo 'Papá Gus' clasifica palabras entre necias y prudentes), pues solo basta ver cómo en Colombia las masacres y matanzas se repiten a diario, cómo los soldados y policías son sicariados y heridos a lo largo y ancho del territorio nacional, cómo las instituciones (del Congreso para abajo) se pudren de corrupción y de dineros del narcotráfico; mientras que su papá está más preocupado por congraciarse con terroristas islámicos, dictadores venezolanos y sátrapas moscovitas, haciendo oídos sordos a las familias de las víctimas, a los ciudadanos y a los gremios económicos cada vez más arruinados y acorralados.
Le creo cuando dice que a los actos públicos usted va por voluntad propia, como aquella vez que fue a una entrevista en La W Radio, con Vicky Dávila (esa "enemiga" acérrima de su papá, quien no lo es cuando le abre los micrófonos) y nos deleitó con el paso del Castrochavismo y de la extrema izquierda. Se nota que a esos eventos usted va a aprender de lo que el guerrillero dice, dice, repite, y repite hasta la saciedad. Por eso su "aprendizaje" no va más allá de los linderos del sectarismo ultraradical y mental que el comunismo recalcitrante traza en la mente de los incautos.
Le creo cuando usted dice que apoya a su padre, esa es una responsabilidad que tenemos todos los hijos para con nuestros progenitores, sin embargo, si mi papá es un pedófilo ¿lo debo apoyar mientras violenta a un menor? Si mi papá es un secuestrador, ¿debo ser yo quien le lleve las raciones de agua y sobrados al secuestrado? ¿Cree usted que los problemas en los que se encuentra su hermanastro Nicolás, obedecen a esa lógica de "apoyar" al papá a que reciba dinero del narcotráfico para financiar su campaña presidencial?
Le creo, usted va a ser una trabajadora, pero no de las que manipula su señor padre con arengas disociadoras en contra de quienes las emplean, administran su servicio de salud o administran su ahorro pensional y cuyos ingresos superan a lo mucho un salario mínimo. Usted será una trabajadora como Francia Márquez que gasta multimillonarios montos en lujos, excentricidades grotescas y viajes inútiles (con comitivas morbosamente numerosas). Será trabajadora como Irene Vélez, una funcionaria de papel que su papá puso de forma nepotista al frente de una cartera de la cual no tiene idea alguna, para que su desfalco fuera mucho más fácil. Le creo, usted va a trabajar, pero ni su posición ni su sueldo corresponderán a sus méritos o a sus saberes.
Le creo, usted es adolescente, pero no de las millones de adolescentes de Colombia que no realizan las múltiples actividades que describe, con la compañía de 10 camionetas blindadas, decenas de escoltas y recursos ilimitados para comprar lo que se les antoje. Esas adolescentes escasamente han viajado en avión y lo más cerca que han estado de Mickey Mouse, es cuando han visto pasar ratones por las calles y potreros de los barrios marginales en los que viven. Muchas de esas adolescentes sí estudian en colegios públicos, no como cuando su papá nos dijo que El Liceo Francés era distrital.
Le creo que le apasione la política y que se interese por la historia. Sin embargo si su fuente es un sujeto que dice que el M-19 era un grupo de jóvenes revolucionarios que se levantaron de forma no violenta en contra del Estado colombiano, no sorprende por qué unas reformas regresivas, empobrecedoras y que fueron, al parecer, impulsadas con dinero corrupto que se le entregó a los congresistas responsables de debatirlas, la seducen y la encantan. A propósito, ¿tiene usted medicina prepagada?
Le creo que lea y que consulte otros puntos de vista, aparte del de su papá, sin embargo ese argumento pierde toda validez cuando la voz disidente dentro de los autores que consulta, es precisamente un politiquero santista (pleonasmo) que precisamente le hizo campaña a su taita (¿recuerda lo de la erupción controlada?) y posteriormente fue parte de su desgobierno en la cartera de salud. Es como si la hija de Hugo Chávez dijera que le gusta analizar la opinión opuesta del oficialismo que yace en los libros de Diosdado Cabello (?).
Le creo que usted critica a su papá. Más de 40 años en la vida pública y viviendo del erario, nos ha dejado entrever aspectos íntimos de él que seguramente a usted, a su mamá y a sus hermanos le deben parecer no menos que repulsivos. Sin embargo, en temas políticos y sociales, Papá Gus ha demostrado ser un sociópata y un ególatra esquizofrénico, que no escucha, no ve y no atiende. Él se autoproclama como el Mesías de la verdad y la justicia social, el 'Todolopuedo', el 'TodoloSé'; por eso cuando alguien difiere de sus ideas nefastas, inviables y alucinantes, recurre a la violencia física, bélica, verbal y política. Una marcha de descontento la tilda "marcha de la muerte". Una investigación por sus obvios y evidentes actos de corrupción, la llama 'Golpe blando'. Cada intervención y/o alocución es una invitación a una guerra civil y al derramamiento de más sangre de colombianos inocentes que solo quieren vivir en paz (en una real PAZ, no esa farsa total que su papi elucubró y que solo favorece a los victimarios).
Le creo que esas confrontaciones civiles, usted, su mamita y sus hermanos las verán por televisión en algún lugar de la Toscana italiana.
Le creo, usted no puede ser invisible y menos, cuando sus padres la victimizan y la revictimizan para desviar la atención de los debates. Le preguntan a su mamá que de dónde sale el dinero que despilfarra en los cuantiosos viajes que hace y esta sale corriendo y la deja a usted "frentiando" sola a la ciudadana que hizo la justa pregunta. Le gritan a su papá "fuera Petro" y él, al mejor estilo de la guerrilla narcoterrorista del M-19 que usaba niños y niñas campesinas como carne de cañón, argumentó que la multitud la estaba increpando a usted y solo a usted.
Antonella, le creo. Creo que usted no es más que otra víctima más de esa tragedia llamada Gustavo Petro Urrego.
@PeliROLO